martes, 17 de agosto de 2010

HÁGASE TU VOLUNTAD Y NO LA MIA

Día Treinta y siete, Martes 17 de agosto del 2010

Siempre he dicho que la meta es nuestra responsabilidad y que el camino es de Dios, el nos lleva justo a donde debemos estar. Es gracioso, pero ahora, en este momento, siento un profundo respeto por mi persona. Cosa que en 35 años de vida nunca había sentido.

La verdad, este viaje, que aun no termina, voy en carretera en estos momentos, fue un viaje iniciático, descubrí realmente detalles importantes de mi ser. No sé que va a pasar cuando llegue, no sé que va a ser de mi, lo que si sé es que me amo profundamente, y que los procesos que estoy viviendo, me están llevando a donde necesitaba estar.

Hoy no hice los ejercicios, hoy los suplí. Los físicos decidí darme un día de descanso, ya que ayer me lastimé un poco, y bueno, más bien salió una herida pasada, y necesitaba curarla. Y lo logré, mañana los seguiré. Los del curso de milagros, no tenía a la mano el libro, y como yo suponía que iba a estar el día de hoy ya en Monterrey, pues no traje el de hoy.

Hoy quise llorar durante todo el día. Me cayeron veintes, dejé ir personas y encontré a lo que realmente iba a esta ciudad, mi ciudad natal. La pertenencia surgió en el viaje, las personas con las que estuve, ellos son parte de esa experiencia que siempre he querido vivir, es a lo único que me sentí pertenecer en algún momento de mi vida. Ahora ya estoy en otra etapa de vida, y ahora, quiero ser yo y nada más. Quiero que se haga Su voluntad y no la mía.

“Dios, Hágase Tu Voluntad”

La vida es tan maravillosa, tan perfecta, tan intensa, que a veces por detalles, perdemos el tiempo de disfrute, y la vemos difícil. Lo más interesante de todo esto es que si cada cosa que hiciéramos, todo, lo disfrutáramos como niños, seríamos infinitamente más felices. Y este mundo no sería lo que ahora es.

Estoy alegre, estoy contento y tengo sueño, pero sobre todo estoy demasiado satisfecho de haber hecho este viaje. Y de descubrir que el hecho que no me importen cosas que para los demás son importantes, que no tenga los deseos de los demás y que además esté contento con ello, no me hace ni mejor ni peor persona, solo me hace una persona autentica, y leal a mi mismo.

“Me amo y me acepto tal como soy”

En este viaje sané a gente, ayudé a otras tantas, hice las pases conmigo mismo e hice relaciones importantes. Trabajé, jugué, me emborraché terriblemente delicioso, y hablé con gente que tenía tiempo de no hacerlo. Quedé mal, quedé bien, me abrí, descubrí lo que necesitaba ser descubierto. Estoy en paz… me amo…

Muchas gracias por siempre leerme, por siempre estar presentes, por opinar y por compartir este viaje… NAMASTE!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario