Día Treinta y uno, Miércoles 11 de agosto del 2010
Hay días en que comienza el día de la manera más extraña. Son días algo estáticos, algo extraños, sin ganas o con mucha energía. Días Indefinibles. Así fue este día.
Me levanté, y decidí que no haría lo que tenía planeado, después y con flojera aun hice los ejercicios, los cuales son últimamente muy satisfactorios, demasiado, tanto los tibetanos como los de el curso de milagros, y me puse a pensar en todo lo que he estado viviendo.
Realmente estoy muy contento con mi vida últimamente. Y me preguntaba si muchas de las complicaciones no son mecanismos de resistencia que tenemos para no ser felices. Para vivir como lo hicieron nuestros padres y nuestros abuelos… Y saben una cosa? Podría ser así.
Hoy leí lo siguiente (que citaré con buena ortografía): “El miedo paraliza y se disfraza de pereza y orgullo, pero es solo un sentimiento que se vence enfrentándose a la situación con un poquito de fe en Dios (como cada quién lo interprete) En las trincheras no hay ateos.” Y diría que con Fe, no existe eso de un poquito, o la hay o no, simplemente.
Siento que hay muchos problemas a mi alrededor en estos momentos y necesito guía divina para resolverlos, y siento que es solo sacudirme lo que ya no me sirve. Así de sencillo. Por lo que hoy empecé con más meditación dirigida a hablar con mi conciencia y con la de los demás.
Me encanta mi vida, eso no lo cambio, pero también hay cosas que me gustarían diferentes.
Hoy fue un día realmente productivo, me sentí mal por la tarde, pero la frase de arriba me ayudó a entender que a veces la frustración es un medio de escape, simplemente no querer enfrentar las consecuencias de tus decisiones. Así que ahora voy a tomar el toro por los cuernos. No hay tiempo de detener la toma de decisiones, pero si hay momento para descansar simplemente.
Hoy decidí que cada vez que quiera que me cuiden, que me mimen, que me tengan lástima, pensaré en qué no quiero enfrentar. Me sentaré un rato, quizás pediré una prorroga para descansar y tomaré entonces la decisión. Pero no tengo por qué frustrarme, enojarme o tener miedo.
Gracias a la vida, a la gente que me rodea y a Dios por esto… por ayudarme a entender mis procesos… Arigato, NAMASTE!!!
Arigato Robby Clorio! Me encanta todo lo que escribes, sabes que siempre te leo. Brillas, brillas, brillas!
ResponderEliminarA ser felices!! NAMASTE